Con la sudoración el organismo elimina toxinas, líquidos y sustancias acumuladas en el mismo, además de regular los niveles de aminoácidos esenciales y la temperatura corporal. El problema aparece cuando la cantidad de sudor es excesiva por diferentes motivos y se convierte en una situación incómoda que afecta incluso a la calidad de vida de quiénes la sufren. Si es tu caso, te vamos a dar algunos trucos para mantener a raya la sudoración.
Té de salvia
Con esta bebida natural se controla la actividad de las hormonas así como la de las glándulas sudoríparas. Tan solo se necesita un litro de agua y cincuenta gramos de salvia seca. Se pone a hervir el agua y cuando llegue a ebullición se echa en una jarra con la salvia seca. Se deja reposar veinte minutos, se cuela y se consume. Pueden tomarse hasta tres tazas cada día.
Bicarbonato de sodio con limón
Una mezcla de estos dos ingredientes puede reemplazar a los desodorantes que se venden en el mercado. Ambos contienen sustancias exfoliantes y antibacterianas que reducen la presencia de células muertas y de gérmenes que influyen en el mal olor del sudor.
Se debe humedecer una cuchara de bicarbonato y el zumo de medio limón y usar el resultado para masajear las zonas en las que más se suda. Se deja actuar durante diez minutos y se enjuaga.
Desodorante de vinagre y romero
Esta es una buena opción para disminuir el olor del sudor ya que neutraliza los malos olores y ayuda a regular las glándulas que lo provocan.
En este caso se necesita una taza de agua, cuatro cucharas de vinagre de manzana, una cuchara de romero y otra de tomillo.
Se pone a hervir el agua y cuando comience a hervir se añade el romero y el tomillo. Se deja reposar durante quince minutos y se pasa por un colador. Se añade el vinagre y se echa la mezcla en una botella que tenga aromatizador para rociar con el líquido las zonas en las que más se suda.
Aceite esencial de árbol de té
Este aceite es un excelente antiséptico que reduce la presencia de las bacterias y de los malos olores. Con su aplicación se logra regular el pH de la piel y disminuir el exceso de secreciones de las glándulas sudoríparas.
Para beneficiarse de sus propiedades hay que echar varias gotas de aceite de árbol de té en un poco de algodón y frotar con él las zonas más afectadas. Puede usarse hasta dos veces al día. Se debe evitar una aplicación directa y excesiva puesto que podrá resultar demasiado agresivo.
Cualquiera de estos tratamientos totalmente naturales darán buenos resultados si se es constante en su aplicación, ya que de nada servirá utilizarlos un día y olvidarse de ellos.