Cuando la articulación se tuerce y provoca daños en los ligamentos que conectan ésta con los huesos, se produce un esguince de tobillo, lo que genera un desgarre de las fibras musculares que causan dolor, inflamación, moretones y dificultades a la hora de mover el pie. Aunque se puede tratar con reposo, se puede recurrir a algunos tratamientos naturales para acelerar el proceso de recuperación. Te mostramos algunos de ellos.
Sales de Epsom
Conocidas por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias, son ideales para tratar los dolores musculares y los esguinces. Contienen cristales de sulfato de magnesio, ingrediente que al absorberse relaja las articulaciones y los nervios.
Para beneficiarse de este ingrediente se debe poner un litro de agua a calentar y cuando tenga la temperatura adecuada, se echa en un recipiente y se añaden 100 gramos de sales de Epsom. Se remueven bien hasta que se disuelvan, y se sumerge el pie dolorido, asegurándose de que el tobillo esté bien cubierto por el agua. Se deja en remojo durante media hora y se descansa. Hay que repetir su uso durante tres o cuatro días hasta que se calme el dolor.
Ajo y aceite de coco
Al combinar estos dos ingredientes se consigue un producto que ayuda a calmar el dolor y a bajar la inflamación provocada por un esguince, ya que activan la circulación del área afectada, y al mejorar la oxigenación de la articulación, se acelera la recuperación.
En este caso hay que triturar dos dientes de ajo hasta conseguir una pasta espesa y mientras tanto se calientan al baño María tres cucharas de aceite de coco. Cuando esté tibio se añade el ajo y se remueve todo bien. Cuando tenga una temperatura soportable, se frota la mezcla sobre el tobillo mediante masajes suaves durante cinco o diez minutos. Se deja actuar durante media hora más y se enjuaga. Hay que usarlo todos los días hasta que la lesión se cure.
Aceite de oliva y yema de huevo
Para realizar este tratamiento hay que calentar tres cucharas de aceite de oliva y mezclarlo después con una yema de huevo. Con el resultado se cubre el tobillo dolorido y se deja actuar durante cuarenta minutos. Después se enjuaga con agua templada y se repite su uso cada día hasta que se cure.
Infusión de árnica
Tanto el aceite esencial de la árnica, como la infusión y los ungüentos, pueden utilizarse de manera externa para relajar una zona dolorida, por lo que aplicada sobre un esguince, mejora su flujo sanguíneo y reduce la inflamación.
En un litro de agua se añaden cinco cucharas de flores de árnica y se dejan reposar durante quince minutos. Cuando esté tibia se echa en un recipiente y se sumergen durante treinta minutos los pies. Hay que repetir este tratamiento tres o cuatro días seguidos.