De vez en cuando casi todo el mundo tiene mal aliento, el problema es cuando esta situación es constante o recurrente, ya que puede molestar a familiares o amigos incluso, por eso, la halitosis o mal aliento puede llegar a convertirse en un problema social bastante real.
Son muchas las causas del mal aliento aunque la principal es la falta de higiene dental. Si no se pasa el hilo regularmente ni el cepillo, minúsculos trozos de alimento se pueden quedar entre los dientes hasta llegar a descomponerse y así aparecerá el mal olor. Por eso a continuación vamos a ofreceros algunos enjuagues naturales para aliviar este problema.
Enjuague bucal de menta, anís y romero
La menta es un ingrediente que se usa mucho en la cocina para preparar diferentes platos, además de formar parte de la composición de ciertos productos para la higiene de la boca. Y es que esta planta, además de aportar frescor, ofrece numerosos beneficios para la salud.
Por otro lado el romero se viene usando desde hace muchos años tanto en la gastronomía, como en la higiene, medicina popular y cosmética. Y el anís cuenta con propiedades capaces de inhibir el crecimiento en la boca de bacterias.
Para preparar este enjuague se ponen en un recipiente tres tazas de agua para calentarla a fuego medio. Se añade un puñado de hojas de menta, una cuchara de semillas de anís y otro puñado de hojas de romero.
Cuando llegue a ebullición, se apaga el fuego y se deja reposar durante siete minutos. Transcurrido este tiempo se echa en un vaso y se reserva. Se debe usar después de haberse cepillado los dientes tras cada comida.
Enjuague bucal a base de perejil y clavos de olor
El perejil es rico en calcio, hierro y vitamina A y C, además de tener un elevado contenido en clorofila, una sustancia que es la responsable del color verde de todas las plantas, lo que lo convierte en un excelente aliado para eliminar toxinas, limpiar el colon, mejorar la función digestiva y neutralizar los olores muy fuertes.
El clavo tiene propiedades antibacterianas y anestésicas muy efectivas, por lo que se usa como anestesia en las consultas de odontología para tratar caries y similares.
Se ponen a calentar tres tazas de agua a la que se añadirá una cuchara de clavos de olor y dos ramas de perejil. Se deja infusionar durante unos minutos y cuando comience a hervir, se apaga el fuego y se deja reposar. Se cuela y se reserva. Se debe hacer una enjuague bucal durante diez minutos después de cada cepillado.
Infusión de canela y eucalipto
En este caso se ponen a calentar otras tres tazas de agua y se añaden cinco ramas de canela y una cuchara de hojas de eucalipto para infusionar. Cuando llegue a ebullición se apaga el fuego y se deja reposar. Se cuela y se usa como enjuague como en los casos anteriores, es decir, después de cepillarse los dientes y durante diez minutos.