Devolver la fuerza y el brillo a un cabello quemada es una tarea complicada ya que la exposición al sol, la aplicación de productos químicos y el uso continuado de secadores y de planchas, hacen que el pelo pierda su humedad y se llegue a estropear, además de disminuir su crecimiento natural.
Aunque existen numerosos productos estéticos para nutrir y reparar el pelo dañado, no todos se encuentran al alcance de las personas que lo necesitan por lo que vamos a compartir a continuación una serie de mascarillas naturales que ayudan a conseguir unos resultados muy parecidos sin tener que gastarse apenas dinero.
Cerveza, aceite de oliva y mostaza
Esta mascarilla natural cuenta con un elevado contenido de sustancias antioxidantes y de ácidos grasos esenciales que devuelven al pelo su humedad natural. Una aplicación regular de ésta sobrepone aquellos nutrientes que se van perdiendo por un exceso de calor. Los ingredientes necesarios son dos cucharas de aceite de oliva, medio vaso de cerveza y dos cucharas de mostaza.
Para prepararla se debe incorporar el aceite de oliva y la mostaza en un cuenco. Se añade la cerveza y se combina todo bien hasta conseguir una pasta homogénea. Se esparce por todo el cabello y el producto, especialmente en las puntas dañadas y se deja actuar durante media hora para después aclarar con abundante agua fría. Hay que repetir este tratamiento dos veces cada semana.
Aceite de coco y aguacate
La vitamina E y los ácidos grasos de este tratamiento ayudan a combatir un exceso de sequedad del cuero cabelludo además de reparar las puntas abiertas. Para prepararlo se necesita un aguacate y tres cucharas de aceite de coco. Comienza cortando el aguacate por la mitad para extraer su pulpa con ayuda de una cuchara que se echará en un tazón para combinarla con el aceite de coco hasta conseguir una pasta cremosa. Se extiende la mascarilla por el cabello y se cubre la cabeza con un gorro. Se deja actuar durante veinte minutos. Se enjuaga como habitualmente y se repite tres veces cada semana.
Aloe vera y aceite de argán
El aceite de argán es también conocido como el “oro líquido” de Marruecos y es un producto muy rico en ácidos grasos insaturados que ayudan a retener la humedad natural del cuero cabelludo. Los compuestos activos que contiene ayudan en la reparación de las fibras de pelo que están quemadas mejorando su hidratación. Por otra parte el aloe vera cuenta con una acción regeneradora que nutre los folículos pilosos y las células.
Los ingredientes que se necesitan son tres cucharas de aceite de argán y cuatro cucharas de gel de aloe vera. Se mezclan los dos ingredientes en un bol con la ayuda de un tenedor hasta que queden perfectamente incorporados. Se aplica el producto desde las puntas hasta la raíz y se cubre la cabeza con un gorro. Se espera durante cuarenta minutos y se enjuaga con el champú habitual. Se puede repetir este tratamiento hasta tres veces por semana, según la necesidad de cada persona.