Una infección de ojo puede venir provocada por hongos, virus y bacterias que encuentran el lugar ideal para proliferar. Son bastantes comunes entre la población y aunque por lo general no son graves, pueden llegar a presentar complicaciones que tienen que ser tratadas por el médico.
Se caracterizan por ofrecer una sensación incómoda de comezón, un exceso de sequedad, enrojecimiento, irritación y otros síntomas que afectan incluso a la capacidad visual. Aunque suelen desaparecen en pocos días, se aconseja tratarlos para acelerar la recuperación y preferiblemente con ingredientes naturales. Te mostramos algunos remedios caseros muy efectivos.
Compresas frías
Para controlar la inflamación así como el enrojecimiento de los ojos provocados por una infección y de una manera rápida, se pueden aplicar directamente compresas frías. Para ello se envuelven varios cubitos de hielo en un paño bien limpio y se colocan sobre los ojos durante unos minutos. Hay que repetir su uso un par de veces al día hasta que los síntomas se calmen.
Bolsas de té
Las bolsas de té que suelen tirarse después de preparar la bebida, contienen todavía compuestos antibacterianos y antiinflamatorios que ayudan a tratar las infecciones de los ojos, generando un efecto calmante que disminuye el picor y el enrojecimiento.
Para su utilización hay que poner varias bolsas de té utilizadas en el congelador y cuando estén frías se frotan con ellas los ojos para dejar que actúen durante cinco minutos. Se debe repetir el uso hasta tres veces al día.
Miel de abeja
La miel está considerada como un excelente antibiótico natural perfecto para luchar contra diferentes tipos de infecciones virales y bacterianas. En este caso en concreto es muy efectiva ya que frena el crecimiento de los microorganismos a la vez que controla la inflamación.
Hay que combinar a partes iguales miel con agua templada y frotar con esta mezcla la zona afectada con un trozo de algodón. Su uso debe repetirse dos o tres veces al día.
Aceite de semillas de lino
Este aceite contiene ácidos grasos que tienen un efecto antiinflamatorio y analgésico que favorece el control de las infecciones de los ojos. Usándolo directamente se controla la sensación de ardor, el picos y cualquier otro síntoma derivado de esta afección.
En este caso hay que humedecer un paño limpio con este aceite de semillas de lino y frotar con él el ojo afectado. Para conseguir un alivio rápido se debe repetir el tratamiento dos veces al día.
Patata cruda
El jugo segregado por las patatas crudas es rico en agentes relajantes y antibacterianos que mejoran la circulación de los ojos para impulsar de esta manera la recuperación de una infección. Su utilización controla el ardor y calma el enrojecimiento y el picazón.
Se deben cortar varias rodajas y dejar que se enfríen en el congelador para colocarlas sobre los párpados durante cinco minutos. Se debe repetir la acción dos veces al día.
Aceite de coco
Este aceite contiene compuestos antibióticos que actúan sobre los microorganismos que provocan las infecciones oculares. Sus compuestos oleosos ayudan a evitar la sequedad hidratando el lagrimal.
Para beneficiarse de sus propiedades hay que humedecer un trozo de algodón con el aceite y frotarlo en el área afectada. Hay que utilizarlo dos veces cada día.