La albahaca es la reina del verano: va con todo (o casi), es bella, es buena, es fragante. Cuidar una plantita en el balcón, terraza o jardín es simple y de esta manera siempre se podrán tener disponibles sus hojas frescas.
Cuando está de temporada, tratar de consumirla cruda a menudo, después de lavar las hojas muy bien. Y los motivos son múltiples, en primer lugar esta planta es rica en propiedades, debido principalmente a la presencia de flavonoides y aceites volátiles. La albahaca contiene vitaminas y valiosos minerales, además de ser un poderoso antioxidante que protege al cuerpo del envejecimiento al ayudar a nuestras células en la lucha contra los radicales libres.
Sus propiedades no terminan allí, algunos estudios también han puesto de relieve las cualidades antiniflamatorias y antibacterianas de la albahaca, incluso contra algunas bacterias que durante estos años han desarrollado resistencia a los antibióticos.
Esta planta también ayuda a la digestión y al estómago en sus funciones.
De la albahaca se extrae también un excelente aceite esencial.
Luego están las propiedades «ocultas», vinculadas a las tradiciones populares y la magia, transmitidas desde la antigüedad. Los alquimistas, por ejemplo, consideraban sagrada a esta planta, con la capacidad de influir positivamente en la mente y el espíritu, y traer felicidad. De hecho, el color y el aroma de la albahaca tienden a poner de buen humor.
No es casualidad que también se utilice en aromaterapia el aceite esencial de albahaca, como tónico del sistema nervioso, para ayudar a la mente a aclarar y recuperar el equilibrio emocional y psicológico.
Por todas estas razones puede ser una buena idea para regalar una planta de albahaca a alguien que se ama, para desearle salud y felicidad!