La baba de caracol, gracias a sus componentes, es una excelente cura para muchas problemas de la piel
tales como acné, estrías y manchas.
La baba de caracol posee, de hecho, una gran eficacia para regenerar y reparar los tejidos de la piel gracias a la sustancia de la que se compone: mucopolisacáridos, pero también ácido glicólico, colágeno, elastina, proteínas, vitaminas, péptidos. Desarrolla una profunda acción purificadora y exfoliante de la piel, además de calmante, protectora y curativa.
La piel se renueva en profundidad y se estimula en sus funciones vitales, con efectos visibles en las manchas de la piel, las marcas del acné, las estrías y las cicatrices. El uso constante de productos a base de baba de caracol, de acuerdo con las pruebas realizadas, es responsable de la mejora de la piel hasta en un 40% a largo plazo, reconstruyendo en profundidad la dimensión epidérmica.
Su eficacia está probada después de las primeras semanas de aplicación. Se utiliza en crema y la concentración de baba de caracol debe ser del 80% y el caracol de la especie Helix Aspersa Müller.
En cuanto respecta a remedios que vienen del mundo vegetal, la naturaleza pone a nuestra disposición una amplia gama de medicamentos fitoterapéuticos para tratar la piel, incluyendo la hierba de trigo (ideal para garantizar la elasticidad y regenerar el tejido epidérmico), la borraja (la nutre y la hace más resistente al sol y el clima), la viola y el cedro del Líbano (para limpiar el organismo de los desechos metabólicos que producen no sólo una piel atónica, inflamación, arrugas y espinillas, sino también acné, eczema e irritación).
La viola o pensamiento es considerada la planta de la piel por excelencia. Su acción se realizan en dos frentes: por un lado, drena la piel, estimulando la eliminación de toxinas a través de los riñones; por otro otorga a la piel un tono brillante gracias a los flavonoides, carotenoides y vitaminas.