Tanto la grasa como la sal son dos bombas silenciosas que se van instalando en el organismo y que van causando en éste estragos como aumento del colesterol malo, hipertensión, sobrepeso, problemas cardíacos o disfunciones renales entre otros. Por eso es importante depurar el organismo y para ello te ofrecemos un par de recetas que te serán muy útiles. Toma nota.
Licuado de limón y de perejil
Ideal para ser tomado a lo largo del día, siendo muy importante que la primera taza que te tomes sea totalmente en ayunas nada más levantarse. Este licuado ayuda a depurar el organismo y a eliminar el exceso de sal, lo que facilita la función de los riñones. Es también un antioxidante muy rico en vitaminas lo que ayuda a poner en marcha el metabolismo para quemar las grasas. Para una depuración correcta se debe tomar este licuado durante tres días continuados.
Ingredientes:
- cinco ramas de perejil muy limpio
- el zumo de un limón
- un litro de agua
Se pone a hervir el litro de agua y cuando esté caliente se añaden las cinco ramas de perejil para que cueza durante cinco minutos. Después de apaga el fuego y se deja que repose durante una hora.
A continuación se cuela el contenido y se añade al agua restante el zumo de un limón. Se va tomando a lo largo del día a temperatura ambiente, el primero en ayunas y los demás, veinte minutos después de las comidas.
Agua de fresas con limón
El agua de fresas es un remedio diurético que ayuda a depurar las grasas aportando minerales y vitaminas, y a la vez elimina la retención de líquidos que se produce por un exceso de sal dentro del organismo.
Ingredientes:
- diez fresas limpias
- un litro de agua
- el zumo de un limón
Si lo deseas puedes comenzar tomando el licuado de perejil durante tres días y después seguir con esta bebida durante el resto de la semana para lograr eliminar la grasa y la sal sobrante del organismo.
Para prepararlo se hierve el agua y se cortan las fresas por la mitad para cocerlas durante media hora. Las fresas deben acabar muy blandas. Cuando veas que han sacado todo el jugo, se retiran y se cuela el contenido.
Este agua se lleva a una jarra a la que se le añade el zumo de un limón. Se añaden también unos cubitos de hielo y se bebe bien fresquito a lo largo de todo el día, especialmente después de las comidas.