Además de relajarnos y de eliminar el mal olor, con los siguientes preparados que puedes hacer en casa, te asegurarás de cuidar tu salud y de no utilizar ingredientes que pueden llegar a resultar perjudiciales.
Y es que a todo el mundo nos molesta el mal olor de unos pies, aunque es cierto que en muchas ocasiones es imposible evitarlo, ya que hay que pasar demasiado tiempo con un tipo de calzado determinado muy cerrado lo que provoca que los pies suden y por consiguiente huelan mal. Pero con los siguientes remedios caseros que te vamos a proponer, este problema dejará de serlo en breve espacio de tiempo.
Preparación de un desodorante para pies casero
Los ingredientes que vas a necesitar son:
- Medio litro de agua
- cinco cucharas de bicarbonato de sodio
- siete gotas de aceite esencial de árbol de té
- cinco cucharas de hojas de menta
Comienza haciendo una infusión con las hojas de menta. Para ello coloca en una olla medio litro de agua junto con las cinco cucharas de hojas de menta para que hierva. Deja que infusione durante media hora y después deja reposar otra media hora más. Transcurrido este tiempo, cuela todo el contenido y reserva solo el agua.
En la misma olla y con el agua de menta, añade las cinco cucharas de bicarbonato de sodio y las siete gotas del aceite esencial del árbol de té. Remueve todos los ingredientes bien con la ayuda de una cuchara.
Lleva toda esta mezcla a una botella que tenga vaporizador. Agita bien el contenido y aplícalo sobre los pies bien limpios y secos a diario. Deja que se seque y podrás comprobar los buenos resultados que ofrece.
Si quieres conseguir un resultado más potente, puedes vaporizar este agua en el interior de los zapatos para que haga su efecto durante toda la noche.
Cómo preparar unos polvos relajantes y desodorantes para tus pies
En este caso los ingredientes que debes utilizar son:
- dos cucharas y media de maicena o de almidón de maíz
- una cuchara y media de bicarbonato de sodio
- tres gotas de aceite esencial de árbol de té
- cinco gotas de aceite esencial de lavanda
Coloca la harina de maíz en un cuenco de cristal y mézclala con el bicarbonato de sodio. Remueve todo muy bien. Una vez estén bien mezclados añade las gotas del aceite esencial de árbol de té y las cinco gotas del aceite esencial de lavanda. (El aceite del árbol de té tiene propiedades bactericidas, antisépticas, desodorantes y antifúngicas).
Remueve todo de nuevo perfectamente con una cuchara y ya lo tendrás listo. Esta mezcla es muy refrescante y tiene un muy buen olor que te encantará utilizar todos los días.
Para conservar estos polvos correctamente elige un frasco de cristal o de plástico, siendo preferible el primero. Ciérralos perfectamente y mantenlos en un lugar donde nos les pueda dar el sol. Puedes utilizar cada día después de darte tu baño o ducha diaria.