Son enzimas, aceites y raíces que fortalecen la columna vertebral y las articulaciones, alejando bloqueos y contracturas.
Los músculos y cartílagos pueden verse afectados por el frío, traumatismos, contracturas, esfuerzos repentinos o prolongados y malas posturas, que aumentan la secreción de ácido láctico y los radicales libres, desatando el dolor.
Veamos cómo prevenir estas inflamaciones para evitar que se vuelvan crónicas.
Suplemento de piña y papaya
Existe un remedio básico adecuado para cada inflamación muscular, especialmente las que se agudizan con la llegada del clima húmedo: es un suplemento a base de bromelina, papaína, tripsina y quimotripsina, una mezcla de enzimas que actúan rápidamente sobre las moléculas que desencadenan la inflamación y previenen que se hagan crónicas.
Las hierbas adecuadas para el cuello y la espalda
Para las cervicales y el reumatismo, la garra del diablo inhibe la propagación de los agentes inflamatorios y, combinada con aceite de borraja, hace que los cartílagos estén más elásticos.
Para la artrosis, ciática y contracturas
El sauce atenúa el dolor de la espalda baja y acelera la curación; combinado con árnica, es analgésico y reactivante.