Las espinillas son unos granos pequeños de grasa que aparecen en la piel cuando sus poros se obstruyen por un exceso en la producción de grasa y de células muertas. Si quieres lograr una piel más saludable y disminuir su presencia en el rostro, utiliza alguna de las siguientes mascarillas naturales.
Mascarilla de café y yogur
La combinación de restos de café con yogur constituyen un exfoliante magnífico para limpiar en profundidad la piel y reducir la presencia de las células muertas.
El café estimula la circulación además de tener un efecto astringente que ayuda a reducir las impurezas que se van acumulando en la piel, mientras que el yogur contiene ácido láctico, sustancia que limpia la piel mientras contribuye a regular su pH natural.
Los ingredientes que se necesitan para preparar esta mascarilla son media taza de yogur y una cuchara pequeña de restos de café.
Para prepararla se echa la cuchara de café en el yogur y se mezcla todo bien. Se extiende el producto sobre la piel del rostro y se realizan suaves masajes en círculo para potenciar el efecto exfoliante. Se deja actuar durante diez minutos y se enjuaga. Hay que utilizarla como mínimo tres veces a la semana.
Mascarilla de aspirina y avena
Con esta mascarilla además de disminuir la presencia de espinillas en la piel, se repara el daño celular para darle una apariencia más joven a esta. Los ingredientes necesarios son tres aspirinas, una taza de harina de avena, medida cuchara de canela y agua.
Se trituran las aspirinas y se mezclan con la canela, la harina de avena y un poco de agua. Una vez conseguida una pasta espesa, se aplica por todo el rostro evitando, eso sí, el contorno de los labios y de los ojos. Se puede utilizar hasta dos veces por semana.
Mascarilla de limón y de huevo
Uno de los remedios caseros más eficientes para disminuir tanto la flacidez como la presencia de puntos negros en la piel, son las claras de huevos, debido a su elevado contenido en proteínas que ayuda a sellar los poros de una manera natural y cuentan con un efecto reafirmante que hace que la piel luzca más tensa.
La combinación de ésta con el zumo de limón crea una mascarilla antibacteriana que ayuda a reducir la presencia de los agentes que provocan el acné, además de proporcionar al rostro poderosos antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro.
En este caso solo se necesita medio limón y una clara de huevo. Para prepararla se bate la clara de huevo a punto de nieve y se agrega el zumo de limón. Se extiende la mascarilla con la ayuda de un pincel poniendo cuidado en el contorno de los ojos. Se deja actuar hasta que se seque y se enjuaga con agua fría. Repite tres veces por semana. Se recomienda aplicar como tratamiento nocturno ya que limón puede llegar a manchar el rostro si se expone de inmediato al sol.