La artritis es un trastorno de tipo inflamatorio que se provoca cuando se desgastan los cartílagos, encargados de unir los huesos unos con otros. Suele ser una condición que la mayoría de las veces sucede por los cambios del proceso de envejecimiento, aunque puede aparecer también por lesiones, por llevar un estilo de vida sedentario y por deficiencias nutricionales. A continuación vamos a dar algunos remedios naturales que pueden ser un excelente complemento para los tratamientos utilizados para aliviar la artritis, aunque en ningún caso tienen que ser un sustituto de los fármacos que el especialista recete.
Aceite de ricino
Este producto natural ayuda a reducir el dolor con su aplicación, así como la inflamación causada por la artritis. Contiene una sustancia activa que se conoce como ácido ricinoleico que es un excelente analgésico y antiinflamatorio para este tipo de dolencias.
Para su uso hay que poner a calentar dos cucharas de aceite de ricino y cuando su temperatura sea soportable, se frota sobre la zona dolorida. Hay que repetir su uso cada día en dos ocasiones.
Semillas de alholva
A este tipo de semillas también se las conoce como fenograco y contienen aminoácidos así como ácidos grasos esenciales que actúan como un antiinflamatorio. Estas propiedades contribuyen a controlar el dolor que produce la artritis, especialmente en las manos, a la vez que ayudan a prevenir la retención de líquidos gracias a sus sustancias antioxidantes que, cómo apoyan las funciones linfáticas, ayudan en la eliminación de los residuos que el organismo no necesita.
En este caso hay que remojar en un vaso de agua una cuchara pequeña de semillas de alholva y dejarlas toda la noche reposando. Al día siguiente se pasan las semillas por un colador y se consume. Hay que repetir este tratamiento durante dos meses como mínimo.
Vinagre de manzana
Este ingrediente tiene ácidos orgánicos que ayudan en la regulación del Ph de la sangre, estimulando el equilibrio de cualquier proceso inflamatorio del cuerpo. Gracias a sus activos naturales, como por ejemplo el ácido acético, se reduce el dolor provocado por la artritis a la par que estimula la circulación.
Hay que diluir una cuchara de vinagre de manzana en un vaso con agua templada y consumir en ayunas. De manera opcional se puede agregar este producto en un recipiente con agua caliente y sumergir el área dolorida durante veinte minutos. Se debe repetir todos los días.
Sales de Epsom
Estas sales tienen una gran capacidad para reducir la rigidez y la inflamación propia de la artritis. Aplicadas de manera externa sirven como relajante para las articulaciones y para los músculos aliviando el dolor.
En un recipiente con agua caliente se añade una taza de sales de Epsom y en el resultado se ponen las manos en remojo, siempre y cuando ésta sea la zona afectada, durante veinte minutos. Hay que repetir este tratamiento por lo menos, tres veces a la semana.