Aunque la sudoración es un proceso natural del organismo, lo cierto es que para muchas personas resulta muy incómodo, especialmente cuando viene acompañado de manchas en la ropa y de olores desagradables, por eso hoy queremos mostrar algunos tratamientos naturales que ayudan a controlarlo, neutralizando el mal olor y disminuyendo la segregación de luidos excesiva.
Vinagre de manzana y aceite de lavanda
Si se combinan estos dos ingredientes se consigue un producto antimicrobiano y antitranspirante que disminuye el exceso de sudor en las axilas. Para ello solo hay que echar media taza de vinagre de manzana en un recipiente y mezclarlo con una cuchara de aceite esencial de lavanda. Se deja reposar durante diez horas y ya se puede empezar a utilizar.
Para ello se empapa un trozo de algodón en esta solución y se frota en las axilas. Hay que repetir su uso dos veces al día si es necesario. Si tienes la piel muy sensible, puedes rebajar el producto con un poco de agua.
Bicarbonato de sodio y aceite de limón
El bicarbonato tiene la capacidad para neutralizar los ácidos por lo que es la base para numerosos tratamientos naturales. Mezclado con el aceite de limón se potencia su acción antitranspirante.
En un recipiente se ponen dos cucharas de bicarbonato y se mezcla con una cuchara pequeña de aceite de limón. A la hora de aplicarlo se limpian bien las axilas y se aplica este remedio mediante masajes suaves. Se deja actuar durante veinte minutos y se retiran los restos con un paño mojado. Hay que usarlo todos los días. Este remedio también sirve para eliminar las células muertas y disminuir las manchas oscuras.
Sal marina y zumo de limón
La sal marina tiene un maravilloso efecto exfoliante que unido a los ácidos orgánicos del limón, constituye una solución perfecta contra el mal olor, la sudoración y la acumulación de piel muerta en esta zona.
Humedece dos cucharas de sal marina con tres cucharas de zumo de limón hasta formar una pasta granulada con la que hay que frotar las axilas con un masaje durante dos o tres minutos. Se deja actuar durante diez minutos y se enjuaga. Se debe usar todos los días. Es importante no ponerse al sol después de usar este remedio ya que podría provocar diferentes reacciones.
Almidón de maíz y bicarbonato de sodio
Con la mezcla de estos dos ingredientes se mantienen las axilas libres de bacterias y humedad, además gracias a sus suave fórmula se regula el pH de la piel. En este caso hay que mezclar en un recipiente dos cucharas de almidón de maíz, una de bicarbonato de sodio y dos de aceite de coco orgánico. Se mezclan hasta conseguir una pasta homogénea que habrá que frotar en las axilas y dejar que actúe durante media hora. Con un paño húmedo se retiran los restos y si es necesario se puede usar dos veces al día.