El hipo es una molesta perturbación causada por una contracción involuntaria del diafragma. Veamos los remedios y las mejores técnicas para hacerlo pasar.
El hipo es un involuntario fenómeno, molesto y embarazoso, que se produce con el clásico «HIC» en secuencia, una especie de sollozo que es inducido por un espasmo de la musculatura del diafragma.
A que se debe esta contracción involuntaria que se repite cada pocos segundos, y que a menudo, no somos capaces de detener? El «responsable» es el nervio frénico del diafragma, a quien basta sólo un poco de estrés (como el hecho de beber, comer o simplemente tragar de forma desordenada, o demasiado rápida) para transmitir al músculo el impulso de contraerse.
El hipo puede ocurrir en cualquier momento, tanto en personas jóvenes como en ancianos, pero es más fácil que se produzca en determinadas condiciones, como en presencia de ansiedad o estrés. Los problemas digestivos y en particular de reflujo gastroesofágico, también favorecerían este trastorno. Dicho esto, ¿cómo podemos hacer para detener el hipo cuando se ha «desencadenado»?
Los remedios son muchos, generalmente de origen popular, y consisten en técnicas caseras para atenuar el reflejo espasmódico de los músculos y permitir su relajación. Entre los métodos más eficaces y probado está el de los «siete sorbos de agua«.
Según este popular método, basta beber siete pequeñas sorbos de agua o una bebida sin gas, conteniendo la respiración, para que cese el molesto trastorno. De hecho, la base de casi todos los remedios naturales contra el hipo, es una breve suspensión de la respiración, como tapándose la nariz e hinchando los carrillos, permaneciendo al menos 15 segundos en apnea.
Otro recurso muy recomendable es la clásica cucharadita de azúcar con jugo de limón (o vinagre), porque este «extraño» sabor podría ser capaz de cambiar el enfoque, por así decirlo, de las terminaciones nerviosas afectadas por el hipo y ayudar a relajar el músculo del diafragma.
Un método igualmente válido tiene que ver con la acupuntura «casera». En este caso, se debe presionar con las uñas en el pabellón de cada oreja.
Último consejo «hijo» de la sabiduría popular: provocar una agradable estornudo, por ejemplo haciendo cosquillas en la nariz con un poco de pimienta. Parece ser un remedio infalible contra el hipo, incluso el más obstinado. Sólo hay que probar!