La piel que protege los talones y los codos es algo más gruesa que la de otras partes del cuerpo y son las zonas que se resecan con más facilidad debido a las pocas glándulas sebáceas con las que cuentan. En ciertos casos con aplicar una crema hidratante basta para quitar este aspecto antiestético tan propio de la sequedad, pero si no se les presta la atención que se merecen, se puede llegar a desarrollar descamación, así como durezas y otra serie de imperfecciones que resultan más complicadas de solucionar. Por eso te proponemos algunas soluciones naturales para que no te suceda.
Sal y cebolla
Las propiedades suavizantes con las que cuenta la cebolla si se combina con el poder exfoliante con el que cuenta la sal, ayudan a eliminar la piel muerta de estas zonas para poder eliminar fácilmente las manchas y las durezas.
Se necesita simplemente media cebolla y unos cinco gramos de sal. Comienza cortando la cebolla y sobre ella añade un poco de sal para frotar con ambos ingredientes las zonas afectadas. Deja que la mezcla actúe durante diez minutos aproximadamente y a continuación enjuaga con agua. Deberás repetir esta aplicación tres veces cada semana.
Canela y miel
La mezcla de canela y de miel es un remedio muy tradicional para fortalecer nuestro sistema inmunitario, pero si se utiliza de manera externa, sirve para suavizar e hidratar las zonas secas de la piel.
Los ingredientes que se necesitan son cinco gramos de canela en polvo y cincuenta gramos de miel de abejas. Se mezcla la miel con la canela hasta formar una masa espesa y con ella se frotan los codos y los talones hasta que queden cubiertos. Deja que actúe durante veinte minutos y después enjuaga con agua fría. Se recomienda utilizar tres veces cada semana.
Avena y yogur
El exfoliante natural que se consigue mezclando avena y miel ayuda a reducir el aspecto de una piel seca ya que remueve las células muertas que son las culpables de las durezas. Los ingredientes necesarios son media taza de yogur natural y dos cucharas de copos de avena.
Agrega los copos al yogur y mezcla hasta conseguir una pasta cremosa. Aplica el resultado sobre la zona afectada mediante masajes circulares y deja que actúe durante quince minutos. Enjuaga y repite dos veces cada semana.
Aceite de oliva y limón
Con este hidratante natural se logra mantener la piel humectante y libre de infecciones lo que le concede un aspecto muy saludable. Se necesita el zumo de medio limón y dos cucharas de aceite de oliva.
Para prepararlo exprime el limón y mezcla con el aceite de oliva. Antes de aplicarlo, limpia bien las zonas en las que lo vas a aplicar y deja que se absorba durante media hora. A continuación enjuaga y repite dos veces a la semana. Evita utilizarlo durante el día puesto que si a continuación te expones al sol, pueden aparecer manchas.