No sólo el hombre busca remedios naturales para aliviar el dolor de estómago o deshacerse de un dolor de cabeza. También los animales saben cómo automedicarse.
Se llama Zoopharmacognosy, como explica Joel Shurkin en la revista PNAS. Y cualquier persona que tenga un perro fue capaz de experimentar esta habilidad cuando comía hierba durante un paseo.
No está claro cuánto conocimiento o aprendizaje están involucrados en el proceso, pero el hecho es que muchos animales parecen haber desarrollado una habilidad innata para detectar componentes terapéuticos en las plantas. Aunque la evidencia es circunstancial, los ejemplos son abundantes.
Empezamos, justamente, con los perros que parecen saber que comer hierba es una solución para la irritación del estómago. Algunos estudios realizados después de este comportamiento, han revelado condiciones inflamatorias en sus estómagos, así como signos de reflujo gástrico o enfermedad intestinal.
Y ¿qué pasa con los chimpancés, que se alimentan de plantas capaces de matar algunos parásitos intestinales?
O las observaciones de la investigadora Holly Dublin, una destacada estudiosa de los elefantes, que ha observado como una elefante embarazada comía borraja, (que no es parte de su dieta normal), y cuatro días después de esta inusual comida, dio a luz a su bebé. La planta, de hecho, es capaz de inducir el parto.
Los lémures en el embarazo, sin embargo, fueron vistos comiendo tamarindo para aumentar la producción de leche y la capacidad de tener éxito durante el parto.
En octubre del año pasado, finalmente, el fotógrafo Paul Seimandi, inmortalizó un rebaño de cabras de montaña, lamiendo piedras por sus sales y minerales, que se utilian como verdaderos suplementos minerales.
Una nueva razón para que los humanos aprendamos de los animales, sobre todo a la hora de desarrollar nuevos fármacos.