La mastitis es una infección que se produce en el tejido mamario y que puede provocar dolor, sensibilidad y enrojecimiento en una o en las dos mamas. Suele afectar a mujeres que están amamantando a sus bebés, aunque también puede darse por otro tipo de infecciones que no se encuentran relacionadas con la lactancia, aunque en mínimos casos. Además de seguir las indicaciones médicas, se aconseja tener en cuenta ciertos tratamientos naturales que ayudan a calmar los síntomas de este trastorno.
Infusión de tomillo
Una en infusión de tomillo es una herramienta terapéutica que tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que ayudan en la aceleración de la curación de la mastitis. Aplicándolo directamente se disminuye la irritación en los pezones y se calma el enrojecimiento y la sensación de dolor.
Para su preparación tan solo hay que añadir una cuchara de tomillo a una taza de agua hirviendo y dejar reposar durante quince minutos antes de colarla. Después se empapa la compresa con el líquido y se aplica en los senos durante veinte minutos. Se repite dos veces al día si es necesario.
Romero
El efecto antiséptico y emoliente del romero contribuye a calmar los síntomas provocados por la infección en las mamas. Sus propiedades ayudan a disminuir la sensibilidad además de estimular el flujo de la leche lo que reduce la obstrucción de los conductos de la misma.
En este caso hay que echar dos cucharas de romero en una taza con agua hirviendo y tapar la bebida para que repose durante veinte minutos. A continuación se sumerge una compresa en esta infusión y se aplica durante quince minutos durante el seno afectado. Se debe repetir su uso dos o tres veces cada día.
Fenogreco
Una infusión de fenogreco actúa como tónico natural para la piel y disminuye el ardor, las grietas o otros síntomas propios de la mastitis. Para prepararlo hay que añadir una cuchara de hojas secas de fenogreco en una taza con agua hirviendo y dejar que repose diez minutos. Se cuela la bebida y se humedece un trapo con la infusión y se aplica sobre los senos lo más caliente que se pueda soportar, durante unos veinte minutos. Hay que repetir su uso dos veces cada día hasta que se cure la infección.
Zanahoria y miel
Una mascarilla con estos dos ingredientes contribuye a reducir la sensibilidad y el ardor en las mamas. En este caso hay que procesar en la licuadora una zanahoria hasta conseguir una pasta espesa a la que se añaden dos cucharas de miel.
Con esta mascarilla se frota el seno afectado y se deja actuar durante veinte minutos. Se enjuaga con agua templada y se repite su uso dos veces cada día.
Es habitual que la mastitis tienda a presentar ciertas complicaciones si no se le brinda un adecuado tratamiento, por eso, además de emplear cualquiera de estos remedios, es importante acudir a la consulta del médico.